Washington, 28 jul (Prensa Latina) La campaña electoral de Estados Unidos se reseteó hace hoy una semana, cuando el presidente Joe Biden decidió abandonar la carrera por la reelección y puso las aspiraciones demócratas en noviembre en su vicepresidenta Kamala Harris.
Aunque ya la contienda daba giros inesperados. Primero la pobre actuación de Biden en el debate con su rival Donald Trump, luego el intento de asesinato contra el republicano durante un mitin en Butler, Pensilvania, y por último la decisión del demócrata de retirarse de la pelea para salvar a la democracia y a la nación, según dijo.
«Se pensaba que esto era un duelo soñoliento entre dos viejos cascarrabias, y ahora se ha convertido nuevamente en una carrera al rojo vivo», dijo el estratega republicano Matthew Bartlett, citado en medios locales al referirse al enfrentamiento que se preveía entre Biden y Trump.
Ahora la ecuación es otra. Al cumplirse este domingo 100 días de aquí al día de la cita de los votantes en las urnas, Trump se replantea la estrategia contra una adversaria hacia la cual no tiene el principal argumento usado con Biden: la edad, y que logró energizar las bases del partido de inmediato.
De acuerdo con los informes, la también exfiscal general de California y exsenadora recaudó en las 24 horas siguientes al anuncio de Biden del pasado 21 de julio más de 80 millones de dólares para su campaña, un número récord.
Sin embargo, hay muchas interrogantes y expectativas, una de ellas es a quién escogerá Harris como su compañero de fórmula en un momento en que está consolidando el apoyo del liderazgo demócrata, de las principales figuras del partido, de importantes grupos de votantes y de los delegados que asistirán a la Convención Nacional en Chicago.
En la lista de posibles compañeros de Harris suenan con fuerza el gobernador de Pensilvania Josh Shapiro, el senador de Arizona Mark Kelly y los también gobernadores de Kentucky, Andy Beshear, y de Minnesota, Tim Walz.
Quien sea la ficha por la que apueste Harris será el oponente del senador JD Vance, de Ohio, del binomio de Trump.
Los estrategas demócratas opinaron que varios de los nombres que se están considerando serían opciones sólidas para expandir el mapa del partido.
El seleccionado aportaría un mayor equilibrio ideológico a la fórmula; además, podría desempeñar un papel clave en estados que serán campos de batalla este año como Pensilvania.
Harris, de 59 años, abrió con buen pie este nuevo reto que la enfrentaría, de ser finalmente nominada, a Trump, de 78, lo que augura una de las campañas más feroces quizás en la historia electoral de Estados Unidos.
La cadena CNN señaló que Harris se enfrentará a la maquinaria de campaña más feroz en años.
Trump es conocido por su retórica misógina y cargada de racismo que podría convertir los próximos meses en las elecciones generales más abrasadoras en años, destacó la televisora.
El senador Lindsey Graham, de Carolina del Sur, advirtió no hace mucho que debían estar preparados para una «carrera completamente diferente» si Harris, a quien describió como una candidata «vigorosa», obtuviera la nominación.
La campaña del republicano ya lanza sus dardos. Trump dice que no será amable. La guerra de palabras comenzó.
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